Antes del 92, el compañero Beá compró un equipo que le costó una pasta y aprendió (no se donde) a ilustrar a la manera digital.
Presentó a editoriales archivos gráficos que no sabían como procesar, se desanimó y vendió el artefacto.
En el 92, cuando las Olimpiadas de Barcelona, la ilustración digital, estaba ya montada en la cresta de la moda, los jóvenes diseñadores (Recuerdas aquello de Diseñas o trabajas?) se arracimaban en torno a los nuevos artilugios y en las escuelas de ilustración y diseño los pinceles y los tubos de "talens", olvidados, se llenaban de polvo.
Más tarde se dieron cuenta que los ordenadores no trabajan solos y que dibujar, lo que se dice dibujar, debía hacerse, y lo que es peor, aprender.
Con los años y el "vintage" que tambien tiene su parte de responsabilidad, hoy pervive un eclecticismo de buena vecindad.
La ilustración infantil es un reducto de lo manual. Y a nadie se le ocurre ilustrar a mano una escena para una carátula de videojuegos.
En revistas, periódicos y dominicales, parece que lo manual ya no es tabú.
En fin.
Aquí, ilustraciones variadas, puzles, posters, de épocas diversas, siempre a mano y la mayoría en acuarela líquida.
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